lunes, 12 de agosto de 2013

LO DESCONOCIDO CONOCIDO


El ser humano es curioso por naturaleza, así que siempre buscar saciar esa sed aventurera que lo lleva a mundos desconocidos. En este trabajo realicé una práctica que me permitió conocer un lugar que clasificaba como extraño, debido a mi falta de conocimiento.

Mi nombre es Abigail Gutiérrez y desde que era una niña deseaba conocer el interior del templo de “La luz del mundo”, su exterior me impresionaba debido a sus dimensiones, pero yo lo que en realidad quería era entrar y aspirar el aroma de su interior, contemplar su construcción y entender más sobre las personas que practican dicha religión. Después de muchos años, el lunes 1 de julio de 2013 alrededor de las 16:00 horas, tuve la oportunidad de trasladarme hasta el lugar y entrar a la iglesia, con la finalidad de conocerla y de cierta manera comprobar todos los mitos que alguna vez me dijeron.

Marco conceptual
La realización de este trabajo no hubiese sido posible sin un ETIC (investigador), en este caso yo, que elegí el lugar, día y hora para llevar a cabo el vagabundeo y un estudio in situ, proceso que incluye la ruta que seguí, mi recorrido por el lugar, interacción con los asistentes y observación detallada de todo lo que me rodeaba. También necesité de un EMIC (sujeto investigado), en esta ocasión una comunidad religiosa fue mi objeto de estudio. 

Informantes terminados: La ventura aguarda
Después de recabar información, planee mi traslado hacia el lugar con la finalidad de realizar el vagabundeo, teniendo como objetivo:
-Conocer el interior del templo de La luz del mundo
-Observar como las personas se relacionan
-Analizar la manera en que los elementos se encuentran acomodados
-Ver que tan alejadas de la realidad fueron las imágenes que mi mente proyecto
-Saber un poco más sobre la religión y la edificación del lugar.
El día lunes 1 de julio, aproximadamente a las 3:10 de la tarde tomé el camión con la ruta 611 A en un lugar muy cerca de mi casa, posteriormente me bajé en Plutarco Elías Calles y caminé un poco hasta toparme con una parada de camión, donde tomé el 37 Zalate Centro, al cual le pedí la parada 5 minutos después, debido a que ya había llegado a la Provincia.
En total hice un recorrido de 45 minutos desde que salí de mi casa hasta que estuve frente a la fachada del alto templo. Ahí me encontré con una amiga que vive a dos cuadras, su nombre es Fernanda y ella accedió a acompañarme porque también tenía curiosidad por conocer el interior, aun cuando vive muy cerca, jamás había entrado.

Informe
Siempre he considerado que las palabras pronunciadas por personas ajenas a un entorno, deben ponerse en duda, puesto que ellos solo cuentan lo que otros les han dicho, pero nada es certero. Mi análisis consistió en ir a la Hermosa Provincia en compañía de una amiga, caminar por el lugar y primero examinar el exterior. Posteriormente, nos acercamos a los hermanos y ellos gentilmente nos invitaron a pasar, fue ahí cuando supe que todo lo que alguna vez me habían dicho sobre ellos, era falso.
En ocasiones las personas detienen un momento el ritmo de su vida para preguntarse un par de interrogantes. Cuando era niña y veía a mi mejor amiga usar falda todos los días y era testigo de cómo le gustaban los aretes pero no podía usarlos, me preguntaba el porqué, pero todo lo que obtuve como respuesta fue “Su religión no lo permite”.

A la escasa edad de cinco años, difícilmente comprendía todo lo que la palabra religión conlleva. Conforme el tiempo fue transcurriendo, fui relacionándome cada vez más con adolescentes pertenecientes a dicho núcleo: La luz del mundo.  A pesar de que mi curiosidad era mucha, no me gustaba preguntarles a ellos, puesto que sentía que podran ofenderse y nunca más hablarme, así que fui quedándome con lo poco o mucho que otras religiones decían sobre ellos.
Mis amigos católicos y cristianos tenía versiones diferentes, pero coincidían en que los hermanos –así se les llama a los pertenecientes a la Luz del mundo-, eran personas “especiales” que no toleraban muchas cosas, entre ellas que personas de otras religiones entraran a su Iglesia o se relacionaran de lleno con sus creencias. Todo esto despertó mi interés y sabiendo que de niña una no recibe la suficiente información, decidí que algún día investigaría por mi cuenta y ese día finalmente llegó.

La Avenida principal esta ubicada por Esteban Alatorre, es recta y a los lados hay locales blancos que están construidos de igual manera, todos parecen ser el mismo local, a excepción de lo que se aprecia a través de los cristales. Algunos son puestos de ropa, otros de golosinas y algunos más de libros o artículos para el hogar.

El templo es alto y ancho, luce como un “pastel”. En la parte de abajo, (por el frente y parte de los costados) están ubicadas las puertas por las cuales todos los hermanos pueden ingresar a la hora que quieran del día. Cuando uno llega a las puertas, normalmente uno de los fieles se acerca para invitarte a pasar al interior y que conozcas la estructura, de igual manera responden tus preguntas y dudas de manera amable.
Si uno acepta entrar a la iglesia, lo que sigue es que la persona te cuenta lo básico sobre la estructura y la manera en que ellos profesan su religión. Finalizan invitándote a formar parte en alguna de las reuniones que realizan, tienen tres al día, en diferentes horarios para que la mayoría pueda asistir.  La persona que te invitó a pasar, en mi caso la Señora María, te acompaña de vuelta a la puerta y se despide.
Si uno acude en un horario cercano a la hora de reunión, es testigo de cómo la iglesia va llenándose con decenas de personas que llegan directamente a rezar y a interpretar algunos cantos y alabanzas.

Al frente de la Iglesia hay un apartado especial con banderas de todos los países a los cuales la religión ha llegado, luego hay butacas donde se sientan los representantes de cada país o también el coro. El orador va en el segundo desnivel donde a un lado hay un mundo. Las paredes están decoradas con pinturas y floreros, eso es todo, no hay ningún imagen.
Las mujeres vestían todas muy similar, deduje que es por su religión, todas deben usar falda larga, hasta los tobillos, y un velo en su cabeza, sobretodo cuando están dentro. Los colores de sus blusas no eran muy llamativos, a excepción de las hermanas más jóvenes, ellas si usan colores ligeramente chillantes y llamativos, pero no lucen mal, solo más joviales. No vi hombres, salvo los que estaban acomodando el recinto pero de ahí en más, las mujeres eran quienes llegaba y rezaban, otras lloraban y había quienes platicaban mientras sostenían la biblia en la mano.

Cuando llegué a la entrada principal de la iglesia, me sentí tranquila y feliz, porque al fin entraría a un lugar que siempre anhele desde corta edad, sin embargo, los comentarios escuchados durante toda mi niñez venían a mi mente, y comencé a ponerme nerviosa porque pensé que no me dejarían entrar a la iglesia, ya que por mi vestimenta ellos pueden deducir fácilmente que no pertenezco a las mismas creencias que ellos.
Con esa aquella idea en mi mente, comencé a crear un discurso con el cual pudiera hablar con ellos y lograr entrar pero entonces descubrí que todas las cosas negativas que me habían dicho sobre los hermanos de la Hermosa Provincia, eran falsas. No prohibían la entrada a personas de otros cultos, mucho menos les negaban la explicación de fu fe y propósito en su religión, por el contrario, estaban felices de que personas “externas” a su mundo, se interesaran y visitaran el recinto.

Aunque al principio me sentí fuera de contexto, conforme los minutos y la plática fueron fluyendo,  me sentí en confianza y no tuve problema alguno en mirar a mi alrededor sin preocupación de recibir una llamada de atención o alguna mirada extraña por parte de las personas.
Sentí como la curiosidad por entrar al lugar fue disminuyendo, pero en su lugar otras interrogantes la iban despertando.


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